• El significado real de espiritualidad

El significado real de espiritualidad.

Para conocer y entender el verdadero significado de espiritualidad podemos analizar las causas y efectos que la contienen.

Son argumentos bíblicos. Puede que alguien no esté de acuerdo, pero no es el propósito.

Para empezar, recordemos las palabras de Jesús en Lucas 19:10 ‘Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido’.

El hombre no había buscado a Jesús. Jesús había buscado … y hallado al hombre perdido. Después de pronunciar estas palabras, en pocos días, el Buen Pastor iba a poner su vida por las ovejas. ¿Para qué?

Leemos en 1 Pedro 3:18 ‘Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu’.

Esta es la obra, ser llevados a Dios. El Hijo de Dios habitó entre nosotros, fue humillado, maltratado, escupido, golpeado, ensangrentado, crucificado y muerto por causa de nuestros pecados… pero a los tres días resucitó. Esta es la esperanza viva para todo el que en Él cree y es transformado a una nueva vida. ¿Somos conscientes de lo que eso representa?

Eso es la salvación. Pero ¿de qué se trata de salvarnos? Es salvarnos de la perdición actual y eterna producida por nuestra separación de Dios.

Dios es la fuente última de la vida y separados de Él solamente hay muerte, frustración y vaciedad en la vida de los hombres. ¿Está la solución en tener poder, placeres, sabiduría, etc., sin Dios?

En Romanos 3:23 se nos confirma que todos hemos pecado (1 Juan 3:4-5 > ‘…el pecado es infracción de la ley. Y sabéis que él (Cristo) apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él’).

El pecado es lo que hace separación entre Dios y nosotros. El pecado es, fundamentalmente, el no tener en cuenta a Dios en nuestra vida. Lo cual produce desconexión con la fuente de todo bien que es Él, y por lo tanto toda nuestra actividad se halla marcada por el signo de la frustración, del fracaso, de la transgresión de la ley suprema del Creador

Los que hemos obedecido al evangelio, como hijos de Dios, nuestra tarea que tenemos por delante es el gran mandamiento de Mateo 22:37-40; amar a Dios, a uno mismo y al prójimo. Esa es una vida de auténtica espiritualidad, que implica estar dispuestos a explorar áreas desconocidas de nuestra vida, pensar y meditar en Dios, en Jesús, vivir con otros, ser comunidad, y mostrar apertura al mundo en que vivimos.

La salvación de cada creyente está ligada a la obra de transformación de uno mismo hacia Dios por medio de Jesucristo, y hacia los demás.

Eso es la espiritualidad. No nos engañemos a nosotros mismos. La espiritualidad no es una experiencia mística, o extrasensorial, o un éxtasis inexplicable o inefable. No es algo que se perciba con los sentidos.

La espiritualidad real está ligada con el amor de Dios, el amor con el que nos ha amado Dios.

La espiritualidad tiene una función sanadora en uno mismo, y también de unos hacia otros.

¿Sanados o curados de qué?

Todos atravesamos a lo largo de nuestra vida momentos de tristeza, de conflictos, de frustraciones, de desilusiones y de fracasos que trastocan nuestra existencia. Todos esos momentos no son extraordinarios, pues forman parte de la vida de los seres humanos y de los pueblos. Podemos salir de estas situaciones si tomamos conciencia de ellas. Y después, con la presencia de otros a nuestro lado, ocurren muy a menudo milagros, curaciones. El proceso puede ser variado; contarles nuestra historia, pedir perdón, perdonar, consolar, ayudar, acompañar.

Estar disponibles para los demás, es estar primero disponibles para nosotros mismos.

Anunciar y vivir el evangelio de Jesucristo es nuestra misión sanadora hoy, es caminar junto al que queremos curar, ya que compartimos el mismo destino, las mismas preguntas, las mismas inquietudes, las mismas luchas.

Y en este caminar, llegar a reconocer a aquel que camina al lado de ambos, el Señor resucitado.

Para poder profundizar en todo ello pensemos en cómo entro en dialogo con las cosas que me afectan a mí y qué relaciones de mi vida necesitan cambiar.

¿Cuáles son las verdades espirituales con arreglo a las cuales sé que no vivo y necesitaría cambiar? Describe tu idea de una persona sana espiritualmente.

¿Qué cualidades debe tener de pensamiento, sentimiento y acción?

¿Qué referencias uso para definir mi salud espiritual? Oraciones respondidas, compasión, desapego, paz interior, alegría, unidad, entrega, éxito material.

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